Entre todos los movimientos sociales y políticos existentes, el ecologismo y el feminismo parecen ser dos corrientes independientes con sus propias motivaciones y preocupaciones. Por un lado, el ecologismo defiende la protección del medio ambiente y alerta sobre los problemas ambientales de nuestro planeta. Por otro, el feminismo busca la equidad entre las personas y la eliminación de la discriminación y la violencia contra las mujeres. Cada rama ha tenido (y tiene) un desarrollo en solitario en la sociedad, pero, aun así, dentro del feminismo encuentran un punto de unión en el denominado ecofeminismo. ¿En qué consiste realmente?
El ecofeminismo se define como la corriente feminista que analiza el ecologismo y su vinculación con la mujer, la naturaleza y la vida sostenible. Se unen ecologismo y feminismo para crear una filosofía y una práctica que relaciona la sociedad patriarcal, la discriminación y explotación que sufren las mujeres con el deterioro y el maltrato de la naturaleza. Para entender su significado y sus propósitos, lo mejor es comenzar por definir ciertos conceptos.
Como bien sabemos, vivimos en una sociedad regida por el patriarcado. El patriarcado es la organización social en la que los hombres se encuentran en una posición de poder y superioridad sobre las mujeres. Debido a esta estructura, estamos sometidas a los denominados roles de género, es decir, la forma en la que la sociedad espera que nos comportemos según nuestro sexo (las características biológicas sexuales). De esta manera, a lo masculino se le atribuye todo lo relacionado con la agresividad, la competición y la acción; y a lo femenino todo lo relacionado con la sensibilidad, la empatía y los cuidados. Esta relación del género y los cuidados despierta en las mujeres el interés por la defensa de la naturaleza y los demás seres vivos. Así, las mujeres han sido protagonistas en movimientos de lucha pacifista en defensa del territorio y de la vida. Fue en los años setenta donde tuvieron lugar varias manifestaciones públicas de este tipo, en la que la más conocida y emblemática fue el movimiento Chipko, en la India.
Chipko significa abrazar, y su atribución se debe a que mujeres campesinas de los Himalayas indios se abrazaron a los árboles del bosque Garhwal para evitar su tala y privatización. Con su gesto, las mujeres de los Himalayas pusieron de manifiesto la importancia de los cuidados de la vida y del entorno, pues ese bosque era el sustento de su supervivencia. A lo largo de la historia se han unido muchas mujeres que se ven obligadas a proteger y defender aquellos recursos que garantizan su mantenimiento. De estas mujeres ha dependido gran parte de la producción, organización, protección y defensa de especies, la conservación de semillas, la defensa de la salud y la respuesta ante la violencia y la guerra. Esta presencia femenina demuestra el sólido vínculo entre las mujeres y el medio ambiente (entre el feminismo y el ecologismo) y la consideración de estas como “las cuidadoras innatas de la tierra”.
La primera vez que aparece el término “ecofeminismo” es en 1974, cuando Francoise D´Eaubounne escribe Feminismo o la muerte. Esta autora denuncia el dominio de los hombres sobre la fertilidad de las mujeres y la tierra, relacionando la sobrepoblación con la devastación de la naturaleza. Propone cuestionar la relación de los sexos y el control del propio cuerpo para establecer un camino no consumista, ecologista y feminista. Desde esta primera mención del ecofeminismo, el movimiento ha ido evolucionando en diferentes ramas. A grandes rasgos, podemos distinguir entre dos corrientes ecofeministas: la corriente clásica o espiritualista y la corriente constructivista.
El ecofeminismo clásico identifica una vinculación natural de la mujer con la tierra por su capacidad de ser madre, por lo que reivindica una “feminidad salvaje”. Este ecofeminismo ha recibido críticas por el feminismo de la igualdad y se ha clasificado como esencialista, ya que defiende el “rol reproductivo indiscutible” de la mujer como instrumento de empoderamiento. Esta corriente fue evolucionando y amplificando sus ramas. Vandana Shiva, filósofa, física y portavoz del movimiento Chipko, es una de las exponentes del ecofeminismo espiritualista (que aún guarda alguna relación con el clásico). Shiva da voz a las mujeres rurales y acusa al patriarcado como principal destructor de los recursos naturales y de las formas de vida tradicionales de muchos pueblos indígenas.
A su vez, el ecofeminismo constructivista defiende que la relación entre las mujeres y la naturaleza se basa en la construcción social del género. Como hemos visto, es la asignación de roles la que provoca la división sexual del trabajo, del poder y de los intereses. Por tanto, también su impacto en el medio ambiente. En esta corriente destaca Bina Agarwall, economista y profesora, la cual propone un “ambientalismo feminista” en el que se debe tener en cuenta la interseccionalidad (sexo, género, clase y etnia). Para este feminismo es importante corresponsabilizar a los hombres y las mujeres en el trabajo de la supervivencia.
A pesar de sus diferencias, todas las corrientes ecofeministas denuncian la dominación patriarcal en el maltrato a la naturaleza y a las mujeres, así como la subordinación y explotación de ambas. Se entiende que una sociedad llega a ser justa cuando se libere a las mujeres y al entorno de la opresión y la violencia.
Para ello, el ecofeminismo propone transformar la manera en la que la sociedad se relaciona con la medio ambiente. Esto supone acabar con la visión androcéntrica del mundo y reconstruir los sistemas de género que dictan en la sociedad. Como expresó King (1983), “desafiar al patriarcado actual es un acto de lealtad hacia las generaciones futuras y la vida, y hacia el propio planeta.” No es posible garantizar la sostenibilidad ambiental si no se asume la equidad de género.
Autoras destacadas:
– Françoise d’Eaubonne
– Vandana Shiva
– Bina Agarwall
– Wangari Maathai
– Rosemary Radford Ruether
– Mary Daly
Algunos recursos que te pueden interesar:
Apuntes introductorios sobre el Ecofeminismo
ECOFEMINISMO, UNA PROPUESTA PARA REPENSAR EL PRESENTE Y CONSTRUIR EL FUTURO
Ecofeminismo y ambientalismo feminista. Una reflexión crítica
King, I. The eco-feminist Perspective; y Leland, S (ed.). Reclaim the Earth: Women Speak out for Life on Earth, The Women Press, Londres, 1983