Entrevista a Tania Sánchez - Observadora pesquera y futura profesora - Mujeres del Mar
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Entrevista a Tania Sánchez – Observadora pesquera y futura profesora

¡Hola a todas! Hoy tenemos aquí a Tania Sánchez, oceanógrafa. Tania y yo fuimos compañeras de clase de Ciencias del Mar en la Universidad de Cádiz. Así que estoy muy feliz de que esté aquí con nosotras. Bienvenida, Tania. Gracias por estar aquí.

Me gustaría que empezaras contándonos a qué te dedicas, porque sé que ahora mismo estás compaginando varias cosas muy interesantes.

¡Hola a todas! Sí, efectivamente, como el mundo va tan de prisa, hay que adaptarse a la situación. Y aunque mi pasión en el trabajo y mi dream job es la conservación de los mares, actualmente estoy estudiando la oposición de secundaria de profesores de biología y geología. Mientras tanto, soy autónoma y voy mandando currículums para trabajar como observadora de pesca a bordo. Así que tengo un plan A y un plan B y voy compaginando mi estudio con mi trabajo.

Mi profesor de biología fue una de las personas que más me ha marcado. En la enseñanza tienes mucho poder de influencia.

Por supuesto, estoy de acuerdo contigo. Y es por ello por lo que creo que la educación es la base de todo el compromiso y las ganas de la gente que de verdad quiere cambiar las cosas. Lo que pasa es que en el momento presente sientes como que realmente no estás tomando acción. Estás estudiando una carrera de fondo en la que no sabes muy bien en qué punto está, cuándo va a llegar y en qué momento vas a poder transmitir esos conocimientos a otras personas. Por eso me da la sensación, a veces, de que no estoy haciendo realmente lo que me gusta ahora mismo.

También compaginas el estudio con embarcaciones, ¿qué es lo que hace una embarcadora pesquera?

Una observadora de control es toda aquella persona científica que va a bordo y controla lo que el pescador hace (en relación con la pesca). También he trabajado como observadora científica controlando el sexo y la maduración de los individuos que se pescan. Y también he estado como observadora de mamíferos marinos en sectores muy diferentes, como puede ser la pesca o plataformas petrolíferas, que también necesitan gente como nosotras que esté controlando y protegiendo las especies que van apareciendo cerca para que no haya demasiadas muertes.

¿Siempre hay un observador a bordo de un barco pesquero?

Debe haberlo, sobre todo en pesca de alta mar, o sea, en pesca industrial. En pesca artesanal se está incorporando una flota de observadores, pero no van a bordo diariamente. Las barcas de pesca artesanal se ofrecen para este control y el Instituto Español de Oceanografía u otros centros de investigación ofrecen este servicio, y así se puede ir mejorando la pesca, no solo a nivel de cambio de aparejos, sino también para que se optimice el proceso de la pesca.

¿Y cómo es el día a día de una mujer embarcada en un barco pesquero o petrolífero?

Básicamente como el día a día en tierra. Solo que hay que tener la mentalidad súper clara de que estar rodeada de mar conlleva que haya muy pocos recursos, y que con eso tienes que hacer tu día a día. Y aparte, tienes que saber que estás en un mundo de hombres. Por tanto, tienes que respetarlos a ellos y ellos también tienen que respetar a ti. Tienes que marcar muy bien los límites para intentar ser lo más profesional posible y que tampoco se note que eres una mujer, porque es cierto que las mujeres siempre han sido consideradas en el mar como animales de mala suerte.

Sí, es malfario tener una mujer en el marco...

Claro, y no toques nada del pescado porque se pudre, y como estés en día de menstruación…

¿Pero tú has vivido eso?

Bueno, no como tal, pero sí que hay ciertos comentarios en los que podrías contestar de una manera, pero sabiendo que estoy en mi puesto de trabajo y que paso allí las 24 horas del día…al final eso es una convivencia entre familia.

Es como en la sociedad, que todo el mundo trata con todo el mundo. Allí son solo hombres, son marineros, hay gente que no conoce otra cosa, y tienes que ser lo más profesional posible. Entonces, hay ciertos comentarios, en los que no te metes, te mantienen al margen, trabajas lo tuyo y lo que puedes es hacer un poquito de educación ambiental, que es muy importante.

¿Cuánto tiempo estás embarcada normalmente?

Los embarques pueden llegar a cuatro meses. Yo he estado solamente 60 días y 60 noches a bordo de un barco de arrastre en las islas Malvinas. Lo mínimo que he estado ha sido una semana y medio a bordo de un barco cerquero pescando atún en el Mediterráneo. Así que es muy variable, depende del proyecto y en general de cómo haya ido la pesca.

¿Te gusta la vida en el mar?

Sí, me encanta.

Es cierto que hay gente que vale para ello y hay gente que no. Yo me mareaba muchísimo y al final los marineros te cuentan que a ellos a veces también les pasa. Pero la tranquilidad que sientes a bordo y el hecho de tener tan limitados los recursos hace cambiar muchísimo la mentalidad, porque al final te das cuenta de que no necesitas tanto para vivir.

Sí, me puedo imaginar eso. Sentí lo mismo viajando en furgoneta, que no tiene nada que ver, pero también es una vida limitada.

Totalmente. Al final estás conociendo cosas nuevas y viendo la vida con otros ojos, eso te llena muchísimo más que las cosas materiales.

Y seguro que convivir con marineros, aunque tenga sus dificultades, te abre la mente y te hace ser más empática. A lo mejor son personas muy diferentes a las que estás acostumbrado en tu día a día.

Sí, totalmente. Siempre aporta. Se puede aprender muchísimo de ellos, igual que ellos pueden aprender de nosotras. Yo creo que al final eso es un crecimiento mutuo. Y la vida que ellos tienen y la que han vivido, que no la quiero, también te lo digo… pero aprendes a valorar mucho de dónde vienes y también la vida en la tierra.

El marinero o la marinera tiene eso, que cuando está en tierra quiere estar en el mar y cuando está en el mar quiere estar en tierra. Porque al final te pierdes lo bueno y te pierdes lo malo, pero es tan enriquecedor…

Siendo de Úbeda (que para quien no lo sepa es un pueblo de Jaén, lejos de la costa), ¿qué te inspiro a ti a dedicarte a conservar el océano?

Úbeda está en mitad de la montaña, en la provincia de Jaén, y lo bueno que tenemos aquí es que tenemos un mar de olivos. Estamos en un cerro y desde aquí se ve todo el valle del Guadalquivir, más o menos de donde nace el Guadalquivir hasta casi donde se esconde más allá de Baeza. Entonces eso me ha marcado mucho porque he tenido siempre como esa visión de mucha profundidad de campo, un horizonte al que mirar.

Además, cuando yo nací mi familia tenía una pescadería en el bajo de mi casa. Entonces el olor a pescado y a mar siempre lo he tenido muy cerca. Y pasábamos largas temporadas en la playa, en verano. Y creo que tenemos muy cerca aquí los parques naturales de Sierra Castro, la Segura y la Villa. Y la verdad es que siempre me ha interesado mucho la conservación del medio ambiente. Y ya luego fueron circunstancias de la vida que cuando decidí meterme a estudiar en la universidad, en vez de hacer ciencias ambientales, pues decidí hacer ciencias del mar, porque consideré que el mundo marino estaba más por descubrir que el terrestre.

Entonces lo vi como una oportunidad de hacer algo que no mucha gente estaba haciendo y que seguro que tenía algo más que mostrarme, que además si hacía ciencias ambientales me quedaba en Jaén. Entonces, entre eso y que quería independizarme…

Es cierto que estudiar ciencias del mar, biología marina o el océano en general te da mucha perspectiva global. Como todos estamos conectados por el océano, uno entiende que lo mismo que ocurre aquí ocurre allí. A mí me parece que me ha dado eso, una perspectiva muy global y que te abre el mundo. Igual en el mundo terrestre no hay esa conectividad, y eso es guay.

Y luego, aparte, sabemos de muchas cositas, pero realmente no es que seamos ni biólogos, ni químicos, ni geólogos, somos de todo. Y eso yo creo que actualmente es muy importante. Tener muchas habilidades y conocimientos de muchas cosas. Y cada uno ya que se especialice.

¿Cuál han sido los principales retos que te has encontrado a lo largo de tu carrera?

Pues básicamente la formación, porque pensaba que haciendo la carrera en la universidad iba a ser suficiente. Yo hice Erasmus en Portugal y Brasil, y además hice unas prácticas de observadora de mamíferos marinos en Tarifa. Pensaba que teniendo ese perfil, que me diferenciaba un poco del resto de compañeras, iba a ser suficiente, y sin embargo no. He tenido que hacer muchos más voluntariados con programas Erasmus Plus. He tenido que seguir formándome a nivel de idiomas, de cursos extra que te requieren para ser observadora de pesca o de mamíferos marinos. Entonces, sí que es verdad que ha sido un reto a nivel económico, porque he tenido una familia que me ha apoyado y me ha proporcionado todo lo que necesitaba a nivel de formación. Pero es cierto que no vale solo con la carrera.

Entonces, todo esto me ha ido también dando contactos para luego acabar donde estoy ahora mismo. Porque el primer trabajo que me salió como observadora de pesca en Portugal fue gracias ¡a Instagram! A través de una historia vi que una compañera que había conocido en el Erasmus de Brasil estaba trabajando en Portugal y no podía compaginar el trabajo con sus estudios del doctorado. Entonces buscaba una persona que se encargase de ello y yo dije ¡yo, yo, yo!

Ahí fue cuando empecé con la observación de pesca. Y de Portugal pasé a trabajar en Italia, también con el atún rojo, pero en una embarcación diferente. Y de ahí pasé a irme a las Malvinas, al barco de arrastre, para pescar el calamar patagónico, y de ahí volví otra vez con el atún y bueno, sigo formándome para poder acabar trabajando en plataformas petrolíferas que, aunque no sean la mejor causa, necesitan a personas que sean observadoras, que tengan las cosas muy claras de hasta qué punto debemos llegar, porque al final, sabemos que es un recurso limitado.

¿Y qué formación te hace falta para ser observadora pesquera?

Pues necesitas tener un curso de observadores de pesca, que puede ser tanto de control, que te lo dé la empresa en específico, o que lo dé el Ministerio de Pesca y Agricultura, como ha pasado hace muy poquito que se organizó uno en el buque Intemares, que pertenece al Ministerio de Exterior. Es un buque escuela. Y se ha organizado ese curso, más a nivel científico junto con el IEO, para poder sacar muestreo de todas las especies que se pescan y que son de descarte, que gracias a eso está cambiando también un poco la ley, para que todos los descartes se lleven a tierra, que antes no era necesario. Se está intentando eliminar ese desperdicio.

A parte de esos cursos, también se necesitan cursos mucho más avanzados, como el de saber tirarte de un helicóptero. Bueno, no tirarte, pero subirte y poder bajarte bien yendo, por ejemplo, de tierra a una plataforma petrolífera. Si te pasa algo en mitad del mar, tienes que saber engancharte. Te preparan para toda esa emergencia. Entonces, también si el helicóptero cae al mar, por lo que sea, tienes que saber zafarte del cinturón de seguridad y salir del helicóptero.

 

Es como trabajo de bomberos.

Sí. Hay muchos cursos que se necesitan y la mayoría son de cómo ser bomberos a bordo. Todos los tripulantes tienen que saber exactamente dónde se encuentran los chalecos salvavidas, dónde están las máscaras de oxígeno, de respiración, porque al final estar a bordo es como si fuera una ciudad en pequeñito. El motor tiene que estar funcionando siempre, por lo tanto, si hay alguna avería, todo el mundo tiene que saber cómo reaccionar a ello, cómo salvarse. Si te encuentras cerca del fuego, tienes que saber perfectamente a quién llamar, pero también dónde estaban todos los equipos de seguridad y de supervivencia.

De hecho, los cursos que ofrecen para embarcarte el Instituto Social de la Marina, son gratuitos.

¿Y cuáles han sido tus mayores logros, las cosas que te hacen sentir más orgullosa?

Yo para nada me imaginaba embarcarme y que mi perfil fuese el adecuado para ello, porque siempre había observado a los delfines desde tierra, con prismáticos. Y el embarcarme, y saber que sí, que aunque me maree, al final he sido capaz de sobrellevar eso y desempeñar mi trabajo correctamente, eso para mí ha sido un logro.

Y luego, el haberme sabido adaptar tan bien a condiciones tan extremas. Y haber aprendido de ello, porque realmente te puede pasar que estás dos meses a bordo, te agobias y en ese mismo día o en ese mismo momento te da un ataque de ansiedad y tienes que salir de allí corriendo en el helicóptero. Que a algunos les ha pasado y claro, todo eso se va comentando a bordo. Entonces, tienes que decidir si eso te va a afectar, si no, y si te lo vas a tomar como otro día más en tu vida, que estás en tu trabajo y que lo vas a saber llevar.

Eso me ha enseñado mucho, y el yoga y la meditación han sido una parte fundamental para poder llevar a cabo eso y sentirme orgullosa de haber vivido esa experiencia, que ahora mismo la veo como si fuera una película. Pero eso sí lo he vivido yo y he sido capaz de llegar hasta ahí.

Y ya, por último, el estar dispuesta a estudiar la oposición. Estoy conociendo mucho a través del proceso. Sobre todo, estoy aprendiendo muchísimo de todas las especies del reino animal, que ya habíamos tratado algunas en la carrera y otras en secundaria, pero que como estás con tantas asignaturas y tantas cosas nuevas en la adolescencia en la que estás aprendiendo tanto, quizás no había sido consciente de todo el material que estaba almacenando. Y ahora estoy tomándomelo con mucha calma y aprendiéndolo de verdad.

¡Pues enhorabuena por los logros, porque son grandes logros! ¿Y qué esperas conseguir con tu trabajo Tania? ¿Cuál es tu sueño?

Así como gran impacto, pues la verdad que, a través de este trabajo y de la formación que estoy adquiriendo para ser profesora, me gustaría que mi mensaje llegue a otra gente, a las mujeres sobre todo, porque creo que necesitamos de mucha fuerza interior para plantearnos este tipo de retos, para echarnos hacia adelante y decir que yo también sé, que yo también puedo, que me van a poner todas las trabas que quieras, pero que yo estoy ahí porque yo lo valgo.

Entonces, es verdad que cada vez que alguien, y sobre todo una mujer, me pregunta, yo le digo sí a este curso, a el otro, vete por aquí, vete por allí… porque creo que somos muy válidas y que las cosas necesitan cambiar. Entonces, en cuanto a impacto social, creo que ese sería el que voy buscando.

Y en cuanto al impacto ambiental, pues al final es dando ejemplo. Teniendo las cosas súper claras, sabiendo discernir mucho y dando ejemplo con la vida diaria. Es verdad que me gustaría ya tener una dieta vegetariana, como para dar el ejemplo total. Pero ahora mismo eso es como un súper reto que me gustaría conseguir, pero que creo que me falta para de verdad integrar lo que pienso y lo que hago para la conservación del medio natural.

¿Qué consejo le darías a mujeres y niñas que se dedican o se quieren dedicar a la conservación marina?

Que se lo crean, que pueden. Que sigan su fuerza, su ímpetu, sus ganas de cambiar las cosas. Y sobre todo, que sigan a su corazón, que tengan empatía por el medio natural, por los animales en general, que son los que no tienen voz y que nos ofrecen tantísimos recursos.

Que con su empatía y sus ganas de trabajar por la conservación, que no les frene lo que dicen los demás o lo que diga el sistema, que realmente con la formación y las ganas que cada una tiene se pueden hacer muchísimas cosas. Siempre creyendo en ello. Faltan muchas mujeres en el mar, en nuestro trabajo, en general en el mundo científico del mar.

¿Hay algo más que quieras contarnos, algo que quieras añadir?

Sí. Una cosita que me gustaría añadir es que aparte de la ciencia, en el medio natural, se necesitan muchos aportes visuales, muchas fotografías, muchos vídeos. Entonces, creo que es muy necesario eso. Por supuesto, la idea que tú has tenido de darnos voz y que se conozcan ciertos trabajos que no son tan escuchados, que no están tan a la orden del día.

Una imagen vale más que mil palabras. Es necesario mostrar de verdad lo que sucede ahí fuera, lo que se está haciendo por la ciencia y por la conservación del medio, porque hoy en día parece que vivimos en un mundo pesimista. Y están ocurriendo cosas chulísimas y muchísimos avances que no se ven. Yo creo que es necesario pararse cinco minutos y hacer tres buenas fotos y mostrarlas. Y darles impacto visual a estas acciones.

Qué guay que acabes con esta idea tan positiva.

Es que muchas veces parece que el mundo se acaba, que ya no hay esperanzas, que nadie se preocupa… y hay muchísima gente trabajando por salvar el planeta y consiguiendo cosas maravillosas. Y es verdad que, si tú no lo ves, no te enteras de que todo eso está ocurriendo. Hacen falta personas que capturen las buenas acciones y las compartan con el mundo.

Sí, yo creo que es muy importante. Además, porque en España parece que no se invierte mucho en ciencia.

Es una realidad. Pero bueno, tú lo sabes también como yo, que viajando fuera te das cuenta de que sí, que quizás en otros países se está invirtiendo mucho más, pero la población está más atrasada. O ya el país perfecto, que todavía no lo he visitado, que la población esté súper concienciada y que aparte se invierta muchísimo en investigación y en ciencias… Como se ven mucho esas diferencias, veo también las cosas positivas y digo bueno, pues no está tan mal. Siempre podemos hacer algo positivo y causar un impacto.

Siempre. Sí, sí, eso es verdad. Pues muchísimas gracias, Tania, por estar hoy aquí con nosotras.

Muchas gracias a ti, María.

Os voy a dejar los enlaces al Instagram y el LinkedIn de Tania, si te parece bien. También estos recursos: https://apocm.blogspot.com/

Si alguien quiere contactar con Tania, estará encantada de ayudarte 🙂

taniasanchezmarinera@gmail.com

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